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miércoles, 30 de junio de 2010

CÓMO INVESTIGAR

Para investigar hace falta partir de una pregunta inicial, de un vacío de información... En nuestra vida cotidiana y académica se nos presentan dudas y problemas sobre temas específicos, palabras desconocidas, nombres de regiones y religiones ajenas a la nuestra y desconocidas, avances científicos y técnicos o antiguas maneras de contemplar el universo y la vida humana... Para ser un buen investigador lo primero que hay que saber cultivar es la curiosidad; todo es susceptible de llamarnos la atención y aquello que más desconozcamos será lo que más atracción tendrá para nosotros.

Una vez que hemos encontrado una pregunta que nos despierte interés y curiosidad es fundamental que empecemos a darle vueltas en la cabeza buscando posibles soluciones o caminos en los que encontrar las respuestas, es decir, tenemos que empezar a barajar hipótesis o allanar el camino para encontrarlas. Las posibles respuestas tienen que presentarse ante nosotros como un abanico de hipótesis que iremos desechando a lo largo de la investigación, por muy increíbles que parezcan algunas no debemos dejarlas de lado, sólo tienes que imitar a los grandes detectives: nunca descartan ningún sospechoso hasta que han investigado. Hay que dar rienda suelta a la imaginación para poder comenzar el sendero que nos llevará al conocimiento. Si uno no sabe nada del tema en cuestión debe acudir a un diccionario o enciclopedia; a partir de allí a un manual o libro de divulgación, después a revistas o libros específicos, siempre de lo más general a lo más específico, de forma que se vayan apareciendo ante nosotros, gracias a la investigación previa, las hipótesis que buscábamos.

Después hay que acudir a la realidad, a buscar datos, bien en la biblioteca, bien en internet, bien en la propia realidad, a buscar pruebas que puedan guiarnos para llenar el vacío de dudas que ha despertado nuestra pregunta inicial y el abanico de hipótesis que nosotros mismos hemos abierto ante nosotros. Hay que tener mucha capacidad de organización para que, guiándonos de las hipótesis que barajamos, seamos capaces de ordenar y clasificar todos los datos e informaciones que nos lleven a descartar o mantener las posibles respuestas a nuestra pregunta.

¿Cómo se buscan datos en un libro, en una biblioteca, en la red, o en la propia realidad? El procedimiento es bien distinto en unos casos y en otros, pero para todos ellos hay unas normas o protocolos, una determinada forma de enfrentarse a la tarea que nos permite acceder a la información de una forma rigurosa, evitando el desorden y el caos.

Un libro debe siempre empezar a leerse por el índice. Éste nos indica no solamente los contenidos que podemos encontrar en ese libro, sino también qué tipo de libro es el que tenemos delante. No encontramos el mismo tipo de información en todos los libros ni se leen todos igual, hay distintos tipos de publicaciones dirigidas a distintos públicos y escritas con lenguajes más o menos específicos con intenciones diversas.

En una biblioteca podemos encontrar todo tipo de publicaciones legales, publicar viene del latín y significa “hacer público”, no solamente publican las editoriales o los periódicos, también el Estado y los Gobiernos Autonómicos, las asociaciones y sindicatos, los alumnos y los profesionales de toda índole. El contenido de una biblioteca también está ordenado en un índice que se llama ISBN, en él están recogidas las categorías en las que están ordenados los libros.

Las publicaciones que podemos encontrar en una biblioteca son: Boletines oficiales en los que los organismos oficiales publican datos, resoluciones de interés para el ciudadano. Enciclopedias y diccionarios en los que se buscan palabras o conceptos por orden alfabético, éstos tienen una “entrada” en la que se explica más o menos exhaustivamente qué es tal palabra o concepto. La enciclopedia posee entradas mucho más extensas que el diccionario pero existen diccionarios enciclopédicos y específicos de cada materia ( diccionario de economía o de psicología) en los que se dan explicaciones muy completas. Al final a veces aparece un índice analítico en el que se recogen las palabras explicadas en la publicación con la página en la que se encuentra, esto se da especialmente en los diccionarios de autor. De la misma manera debe consultarse un atlas, buscando el lugar en el índice y acudiendo a la página y a las coordenadas que se indican en él. También encontramos Manuales y libros de texto son fáciles de identificar porque suelen tener el nombre de una materia o disciplina específica, por ejemplo: “Filosofía” o “Física y Química”, o “Fundamentos del Márketing”. De todas formas sabremos si lo es o no cuando consultemos el índice, éste tiene que tener los apartados que respondan de una manera amplia a qué es la materia en general. Por ejemplo, en qué consiste, cómo se ejercita o realiza, la historia de la disciplina, diversos enfoques, teorías o campos de investigación etc. A estos libros acudimos a recoger información general, están escritos en un lenguaje denso pero fácilmente comprensible por el lector no versado en la materia en cuestión, son libros de consulta, leemos solamente algunos capítulos ( a no ser que tengamos que examinarnos porque sea el libro de alguna asignatura que estemos cursando) y nos interesa especialmente la bibliografía que se cita al final de cada capítulo o en las notas a pie de página. Los libros que se citan en un manual suelen ser libros específicos, que tratan temas relacionados pero más concretos, y entre ellos tenemos que diferenciar entre Libros de divulgación y Libros científicos o especializados . Los libros de divulgación están escritos para el lector neófito en la materia, es decir, para el público en general (con curiosidad por el tema, por supuesto), suelen tener la letra más grande y están escritos en un lenguaje estándar. Los libros científicos se reconocen enseguida porque no utilizan un lenguaje tan accesible ya que están plagados de tecnicismos que podremos comprender cuando tengamos un conocimiento amplio sobre la materia. En una biblioteca también encontramos Revistas en la hemeroteca, las revistas son publicaciones específicas de diferentes colectivos ( científicos, alumnos, vecinos, ONG) en las que podemos encontrar artículos de interés para personas de tales colectivos o con curiosidad por su actividad, o de editoriales o grupos editoriales que van destinadas a determinados públicos, por ejemplo revistas de moda, o para el ama de casa, o de informática. En la hemeroteca podemos encontrar diversidad de periódicos y revistas en las que consultar sobre asuntos de especial actualidad o fácilmente explicado para el público en general. También y no menos importantes son los Libros de literatura poesía, teatro, novela o cuentos a los que acudiremos para disfrutar del arte del lenguaje, y las Biografías que nos informarán sobre la vida de artistas, genios o personajes ilustres. Existen también Compendios bibliográficos donde se incluye toda la bibliografía disponible sobre determinados temas o las colecciones que ofrecen las editoriales.

En la biblioteca también puedes consultar internet, siempre que sea durante menos de un cuarto de hora, pero si hay cosas con las que tenemos que tener cuidado siempre al investigar, más lo tenemos que tener con la red . Informar no es comunicar, lo importante antes de buscar información es tener claro qué busco y qué pretendo conseguir. Internet es una inmensa biblioteca desordenada y hay que tener claro dónde y cómo buscar, pero sobre todo saber qué se busca y para qué.

Cuando buscamos en internet tenemos que pensar qué tipo de información es y qué páginas web pueden aportarnos esa información, por ejemplo, si buscamos algo referido a educación lo mejor es que empecemos apuntando organismos o instituciones educativas, el MEC, la UNED, la página de la Consejería, etc.

El protocolo de internet (Hipertext Transfer Protocol http::// es lo que internet utiliza para interpretar la información y normalmente los navegadores lo introducen por defecto, después normalmente se introduce www, aunque no es estrictamente necesario, los puntos introducen nuevas jerarquías de dominio, así que lo normal es introducir seguidamente las iniciales o el nombre de la institución seguido de un punto y .es, o .com, .net, .org etc. Si aún así no encontramos la página habrá que acudir a un buscador.

Para encontrar algo en un buscador hay que tener también en cuenta qué tipo de información queremos buscar, si no lo tenemos muy claro, o queremos una aproximación al tema podemos empezar con los índices jerárquicos de yahoo, terra o eresmas donde los contenidos se agrupan por temas (según criterios de la compañía propietaria, of course). Sin embargo, si lo que queremos es una búsqueda exhaustiva hay que acudir a motores de búsqueda, como por ejemplo, Alltheweb, que es una base que realiza búsquedas exhaustivas y responde a necesidades informativas muy específicas. Otros buscadores muy potentes son hispavista o google. Existe en internet una guía muy útil realizada por Antonio Vicent para orientar al usuario en procedimientos de búsqueda: http://www.wfs.vub.ac.be/schools/timeline/search/index.html

En los buscadores más conocidos suele aparecer antes del directorio temático, una caja de búsqueda, donde se deben introducir las palabras clave que definan el interés de búsqueda. Por eso hay que tener claro qué se busca y qué palabras pueden estar relacionadas si los resultados de la búsqueda no son satisfactorios. También podemos seleccionar el idioma o acotar la fecha, con lo que se filtran los resultados.

Es conveniente acudir a la ayuda de un buscador para conocer qué operadores utiliza, de manera que sepamos si busca en los títulos de las páginas en su interior o sólo en la dirección y cómo lo hace. Hay operadores que suman las palabras, s decir que buscan páginas que incluyan todos los términos especificados simultáneamente. Hay otros que localizan las páginas que contengan al menos uno de los términos especificados, con lo que normalmente nos aparece una lista interminable de direcciones que no nos interesan y que tenemos que filtrar nosotros mismos, todo esto nos será explicado en la ayuda, en ella se nos dirá que símbolos tenemos que introducir entre las palabras para conseguir nuestros fines más eficientemente.

BUSCAR EN LA RED
► Definir claramente el área de interés y concretarla en términos precisos, apuntando las ideas y palabras relacionadas con el tema, e ir introduciendo en el buscador desde la más precisa hasta las relacionadas nunca simultáneamente en caso de que los resultados no sean los esperados. Para ello es útil informarse antes mínimamente sobre el tema buscando en enciclopedias, libros de consulta, etc.
► Establecer cuál es el objetivo prioritario de la búsqueda (comercio, investigación, educación, ocio, etc.)
► Si se trata de una materia específica dirigirse a un buscador temático ( caja de búsqueda), si no, es preferible empezar por un directorio de carácter genérico (lista de materias).
► Si se busca una página concreta se puede intentar teclear la página en forma de dirección.
► Para guardar información gráfica desde una página hay que situar el puntero sobre la imagen y pulsar el botón derecho del ratón, se despliega el menú y se da en la opción guardar imagen. Igualmente, seleccionamos el texto que pretendemos copiar en un archivo y abrimos el menú con el botón derecho seleccionando copiar texto.
► También podemos descargar archivos al disco duro, la misma página nos ofrece esta opción, de forma que podamos consultar los archivos sin conexión posteriormente.

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